Artrosis de la articulación de la rodilla: tratamiento y métodos efectivos de terapia.

Cada año, más y más personas se enfrentan a una enfermedad como la artrosis de la articulación de la rodilla: el tratamiento es largo y complicado, y es casi imposible deshacerse de esta enfermedad para siempre. La tarea principal del paciente es prevenir la progresión de la enfermedad.

dolor de rodilla por artrosis

Tratamientos médicos clásicos

Los procesos inflamatorios que ocurren en la articulación de la rodilla son terribles no solo por la aparición del dolor. De particular peligro son los procesos destructivos que ocurren en los tejidos, cuyos resultados son tales que el órgano no siempre puede ser restaurado. Por lo tanto, el tratamiento de la artrosis implica una terapia compleja. Debe comenzar a tiempo y llevarse a cabo bajo la estricta supervisión de un médico.

La acción de la atención médica prescrita tiene como objetivo eliminar el dolor, proporcionar suficiente nutrición al cartílago y acelerar el proceso de su regeneración. Además, la terapia mejora la circulación sanguínea en la articulación afectada, fortalece los músculos adyacentes y también aumenta la distancia entre los huesos articulados y aumenta la movilidad en la rodilla.

Dependiendo de la etapa de desarrollo de la enfermedad, los médicos ofrecen tratamiento médico o quirúrgico. Para consolidar los resultados de la terapia principal, se prescriben adicionalmente educación física especial, masajes, el uso de un bastón y una nutrición adecuada.

Tratamiento médico

La terapia con medicamentos se prescribe en los casos en que no se han producido cambios irreversibles en la articulación y los tejidos de la articulación de la rodilla pueden recuperarse y recibir nutrición. Solo esto puede ser la clave para una recuperación exitosa.

El médico se enfrenta a la difícil tarea de elegir un tratamiento completo competente, que debe incluir:

  • condroprotectores;
  • fármacos anti-inflamatorios no esteroideos;
  • inmunoestimulantes;
  • antibióticos (para complicaciones infecciosas);
  • Agentes que mejoran la microcirculación sanguínea.

Fármacos anti-inflamatorios no esteroideos

Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos se incluyen necesariamente en el complejo de tratamiento para la artrosis. El propósito de estos medicamentos es aliviar la inflamación y el dolor intenso que interfiere con el tratamiento complejo. En el curso de tomar estos medicamentos, no solo mejora la movilidad de la articulación de la rodilla, sino que también se abre la posibilidad de realizar procedimientos de masaje.

Debido a sus características, los no esteroides no están destinados a un uso a largo plazo. En primer lugar, al aliviar el dolor y aliviar la condición del paciente, pueden crear la ilusión de curación de la enfermedad, mientras que los procesos destructivos progresarán activamente. En segundo lugar, este grupo de medicamentos tiene una amplia gama de efectos secundarios graves. En tercer lugar, tomarlos por vía oral contribuye a la deshidratación del cartílago, lo que acelera su destrucción.

El curso del tratamiento con sustancias antiinflamatorias no esteroides puede extenderse si se usan medicamentos selectivos. La probabilidad de efectos secundarios y complicaciones en este caso es mucho menor.

Condroprotectores

En el tratamiento de la artrosis es necesario aportar al tejido cartilaginoso una nutrición suficiente y poner especial énfasis en restaurar la estructura del cartílago dañado. Para esto, es necesario usar condroprotectores: glucosamina y sulfato de condroitina. La acción de estas sustancias no está dirigida a aliviar los síntomas, sino a tratar la enfermedad.

Los condroprotectores son más efectivos en la etapa inicial de la artrosis. Son indispensables para la regeneración del cartílago y la producción de líquido articular. Sin embargo, la acción de la glucosamina y el sulfato de condroitina es bastante lenta, por lo que el tratamiento se realiza en ciclos y en total puede durar hasta 1, 5 años. En las últimas etapas de la enfermedad, cuando el cartílago está suficientemente destruido, el uso de condroprotectores es prácticamente inútil.

Intervención quirúrgica

La cirugía es la forma más eficaz de tratar la artrosis de la articulación de la rodilla en las últimas etapas de la enfermedad. Sin embargo, recurrimos a él muy raramente, solo en aquellos casos en que la terapia con medicamentos se vuelve impotente.

La medicina moderna ofrece varios tipos de intervención quirúrgica. En algunos de ellos, intentan lograr una inmovilidad parcial de la rodilla, por lo que desaparece el dolor intenso. Los métodos más modernos implican el uso de un láser o la instalación de una prótesis especial, que debe reemplazar parcial o completamente la articulación nativa. Las últimas opciones son bastante caras, por lo que no todo el mundo puede permitírselas.

El médico elige el método de intervención quirúrgica para la artrosis de la articulación de la rodilla en función de los resultados de los exámenes, la edad, el estado de salud general del paciente y las posibles reacciones alérgicas..

Tratamientos auxiliares

Muy a menudo, además de la terapia con medicamentos, se prescriben fisioterapia, terapia de ejercicios y masajes. Sin embargo, es posible realizarlos solo después de que se eliminan los síntomas de dolor intenso y se deja atrás la etapa aguda de la enfermedad.

La terapia de ejercicios para la osteoartritis de la articulación de la rodilla es necesaria para fortalecer los músculos de la parte inferior de la pierna y el muslo, así como para mejorar la movilidad de la rodilla. Inicialmente, debe realizar ejercicios con una carga mínima, preferiblemente desde una posición sentada. A medida que mejora la condición del paciente, es deseable complicar la tarea. Hay muchos complejos de entrenamiento especialmente diseñados para el tratamiento de la artrosis de la articulación de la rodilla. También se pueden hacer en casa.

Al mismo tiempo, el complejo no debe contener ejercicios dinámicos, como correr, caminar a paso ligero o saltar. Tales cargas tienen un impacto negativo en el estado de la articulación y desgastan aún más los tejidos cartilaginosos.

Terapia manual y fisioterapia

En la artrosis de la articulación de la rodilla, la fisioterapia se utiliza con mucho éxito como tratamiento auxiliar. A los pacientes se les receta tradicionalmente un imán para la rodilla, parafina, ozocerita, fonoforesis con hidrocortisona o estimulación eléctrica de los músculos de las extremidades inferiores. Los procedimientos anteriores están diseñados para aliviar la hinchazón, mejorar la circulación sanguínea en los tejidos adyacentes y fortalecer el sistema musculoesquelético.

Un lugar especial en la lucha contra la artrosis lo ocupa la terapia manual. Con su ayuda, es posible aumentar la movilidad de la rodilla, mejorar la nutrición del tejido cartilaginoso. Debido a que durante el masaje se afectan las zonas reflexogénicas, comienzan a iniciarse los procesos de autocuración de la articulación.

Dieta

La artrosis de las articulaciones de la rodilla suele afectar a las personas con sobrepeso. En tales casos, es muy importante prestar especial atención a su dieta. Al mismo tiempo, no es necesario seguir una dieta estricta.

Lo más importante es garantizar una nutrición equilibrada adecuada 5-6 veces al día, para excluir bocadillos al azar. Al mismo tiempo, es deseable minimizar el uso de sal, productos de harina, alimentos picantes y grasos.

Asegúrate de incluir en tu menú:

  • vegetales frescos;
  • Fruta;
  • papilla de trigo sarraceno y avena;
  • productos lácteos con un bajo porcentaje de grasa.

Se pueden consumir pequeñas cantidades de carnes magras. Es importante controlar la cantidad de líquido que bebe: debe beber al menos dos litros de agua por día. Se debe limitar el consumo de té y café fuertes.

A pesar de que la artrosis de la articulación de la rodilla es una enfermedad crónica que requiere un control constante, hoy en día es posible ralentizar su desarrollo, gracias a lo cual la vida será lo más plena posible. La paciencia y el tratamiento bien prescrito son los dos componentes principales en la lucha contra esta enfermedad.